Honestidad y franqueza
Solicitamos nuestra bebida, un coctel para ella y un energizarte para mí, no podía tomar pues primero no me gusta beber, segundo estaba manejando y tercero quería estar atentísimo a todo lo que allí pasase.
Solicitamos nuestra bebida, un coctel para ella y un energizarte para mí, no podía tomar pues primero no me gusta beber, segundo estaba manejando y tercero quería estar atentísimo a todo lo que allí pasase.
El tantra sabe desde siempre que el orgasmo o acmé de la experiencia sexual aporta una felicidad sin comparación con el simple goce que genera una interrupción de la conciencia ordinaria donde se ubica el yo y el ego.
No vaciles más, si deseas conocerme y pasar un buen rato conmigo, sólo debes llamarme, te estoy aguardando.
En cama nos centramos en Elsa. Dieter participó lo justo para que lo viera acariciarme y viese de qué manera yo le correspondía. Después, se fue prudentemente, sin perder la sonrisa, alejándose del juego hasta transformarse en un observador activo que se recreaba con el placer de Elsa.
Similar al líquido preseminal masculino, otras veces la mujer no tiene muchas glándulas de estas y no suelta nada pero si eyacula, o sea tiene la sensación y ves su vagina como se quiere explotar.
Invita a tus amigos a un juego grupal de strip poker. Establezca ciertas reglas básicas por adelantado (¡salvo que no le importe ser anfitrión de un juego de socios de intercambio o de un swing de 101!).
Explicación: es uno de mis juegos preferidos desde siempre y en todo momento. Puedes ponerlo en práctica y tú mismo vas a ver qué resultados consigues. Solo con que hagas este juego varias veces (y te enviciarás con él), ya podrías dar por mucho que bien invertidos los eurillos del post.
La pasión es meditar sin razonar y para ello, primero hay que amar antes que razonar, quitarle los grilletes al corazón y aprender a que el decida, para no crucificarnos a una decencia que es iletrada en cuestiones de pasión.
La experiencia más importante con el tantra es que cada vez es diferente; nada sucede un par de veces de la misma forma exacta. Es como la vida misma: cada día trae algo nuevo. Por tanto, experimento el tantra como un maestro bello para toda mi vida.
A él no le he dicho, me da lástima. No sé si la que está mal soy yo. , por lo general, termina rápido; otras veces, cuando estoy a punto de llegar, me dice que me detenga pues no desea concluir en ese momento y a mí se me va la sensación.